Eduardo Domínguez aceptó el desafío que le propuso José Néstor Vignatti para regresar a Colón, en un momento donde el equipo estaba en zona de descenso, y muy comprometido en cuanto a su continuidad en Primera División.
Con la cuarentena a raíz de la pandemia del coronavirus el campeonato argentino se interrumpió, mientras que le siguieron las suspensiones del certamen y los descensos (¿hasta 2022?). De esta manera, Domínguez en la cuarentena que realizó en Santa Fe aprovechó para apuntarle a Vignatti los jugadores que pretendía que se queden en el plantel, como así también los refuerzos que pretendía para encarar su nuevo proyecto futbolístico.
Luego, Domínguez se fue a Buenos Aires, y con motivo de la prolongación de la cuarentena decidió retornar a Santa Fe para estar listo para cuando desde el gobierno se autorice a la AFA y la Liga Profesional para que se puedan reanudar los entrenamientos.
Domínguez pretende potenciar el plantel con jugadores de jerarquía y calidad en la zona central de la defensa, en el medio de la zona de volantes tras lo difícil que será retener a Fritzler y Celis, más la partida de Fernando Zuqui, mientras que también pretende mediocampistas ofensivos que se puedan mover por las bandas, sobre todo por la izquierda.
De esta manera, una vez que Domínguez termine con la cuarentena que realiza en un barrio privado, lindante al Predio Ciudad Fútbol de Colón, va a reunirse con Vignatti, por la resolución de temas clave que hacen al nuevo proyecto futbolístico que intentará encarar en su segundo ciclo al frente del plantel.